Quizás, te preguntes qué tiene que ver el alcohol con la saliva. Esta combinación se puede clasificar en el grupo de los #cmaimsp*. La saliva es como un lubricante. Ayuda a que la lengua no pase del estado esponjoso al de corcho sin previo aviso. Según un estudio, realizado por la universidad de Barbridge, se ha podido comprobar que cuanto más alcohol ingieres, la lengua cambia de estado. Pasa de alegre y dicharachera, suelta y vivaracha, a convertirse en un trozo de corcho de los del «Todo a cien». Cada vez pesa más y según avanza la noche, se va deteriorando como la goma de un limpiaparabrisas.
Existe una tabla muy interesante que relaciona ingesta (en litros) con peso (kilos). Se ha llegado a localizar una lengua de ocho kilos en la boca de un bilbaíno*.
| Alcohol (L) | Peso lengua (kg) | Estado observable |
| 0.5 | 0.3 | «Tú dirás, corazón» |
| 1.2 | 2.1 | «Traigo un sofá en la boca» |
| 3.0+ | 5.0-8.0 | «Sonidos de fax averiado» |
*Parece ser que este tipo entró en el libro Guinness, batiendo su anterior récord de 2009, cuando ingirió de una sola sentada, 9.5 litros de combustible para tractor agrícola. En una noche serena de julio, concretamente, la siguiente al Encierro de la Paloma, se bebió doce litros de diferentes alcoholes. En un control de la Ertzaintza, a la salida de un puticlub muy frecuentado por altos cargos de #tuaminomehasvisto, le preguntaron si había bebido. Patxi, el bilbaíno, les respondió muy respetuosamente: asdfiaidofoaeññasd feafddsald. Lo dejaron pasar porque no pudieron comprobar si era alérgico a las almendras saladas que, en La Conejita discreta, acostumbran a ofrecer a sus clientes. No habían visto nunca una lengua de ocho kilos.
Dadas las circunstancias, Patxi, que era un tipo bastante sensato, decidió dejar aparcado el camión en el descampado que hay detrás de la Conejita y pidió un taxi. —Por favor, ¿podrasdadfasdñfk acercñasdjfasd al aeroñsdfooiojil? Aitor, el taxista y hermano del párroco del pueblo, le respondió: okasdfkjakdjfwe.
Sin querer, de la boca de Patxi cayó un hilo de saliva que fue a parar al cigarrillo a medio apagar que había tirado al suelo antes de subirse al vehículo.
Al día siguiente, en el noticiero de las nueve de la mañana, apareció una noticia un tanto desgarradora, a la vez que extraña: «Al lugar del siniestro acudieron tres dotaciones de bomberos, dos ambulancias y cuatro patrullas de la Ertzaintza. Una de ellas, era la que, una hora antes, no le hizo la prueba de alcohol porque creyó que se había intoxicado con las almendras de La Conejita Discreta».
Estudios científicos:
El Principio de Arquibebes dice que cuanto más alcohol ingieres, más saliva produces (#cmaimsp)
Características orgánicas de la lengua combinada con altas dosis de alcohol:
- Fase Esponjosa: < 0.5 L de alcohol → La lengua adopta propiedades de Charmander: flexible, inflamable y con tendencia a soltar frases épicas.
- Fase Corcho: > 1.2 L → Estado físico comparable a un tapón de botella de Rioja. El sujeto emite sonidos que imitan morse ahogado.
- Récord Documentado: Caso del bilbaíno con lengua de 8 kg. Se sospecha que su saliva contenía restos de la Atlántida.
Aplicaciones prácticas para comprobar niveles y centímetros:
- Si tu fecha en Tinder te habla en #cmaimsp, ofrécele un tazón (la saliva es valiosa para fabricar pegamento industrial).
- Test casero: Pésate antes y después de beber. Si la báscula marca *+ 5 kg*, felicidades: tu lengua es ahora un mueble de Ikea.
Los expertos en salidas noctámbulas recomiendan que si vas de whisky, no te cambies, en algún momento de la noche, al vodka. Si vas de ron, no pases al anís. Ya no te cuentan qué pasa si el salto del limoncello lo haces con la ratafía. Las mezclas no son nada buenas.
Otro grupo de expertos (los que sobrevivieron al Gran Experimento del Cúbito Su Vino de 2018) insisten en que el problema no está en la mezcla, sino en el hielo. El agua helada tiene propiedades oníricas, que produce alucinaciones en Dolby Surround Prologic. Por eso es mejor tomar los alcoholes a palo seco. O, en casos extremos, chupar directamente el tubo de escape de una hormigonera cargada de Calimocho.
El fenómeno #cmaimsp:
Cuanto Más Alcohol Ingieres, Más Saliva Produces
La saliva es el lubricante del alma. Evita que tu lengua pase de esponjosa (estado Charmander) a corcho (estado taburete de bar). Según las directrices del tal Arquibebes, un tercer equipo de expertos subidos a más, contrató a diez almas de cántaro para corroborar los datos de la tabla anterior. El evento tuvo lugar en el pub The Drunken Corpus.
Comprobaron que existe una relación directa entre la ingesta de alcohol con los kilos de lengua.
Notas aclaratorias
PRINCIPIO DE ARQUIBEBES (Edición «Definitiva pero revisable tras el quinto gin-tonic»)
En 1999, durante una visita relámpago a los Sanfermines (que duró 11 días y terminó con un abrazo protocolario a un toro llamado ChatGPT), el ilustre Arquibebes López —crítico de plataformas amorosas (especializado en «Tinders fallidos de la Historia») y científico freelance cuando el wifi lo permitía— publicó su trascendental teoría:
«La relación entre el alcohol y el espesor de la lengua es directamente proporcional… como el cariño de tu ex cuando ve que subiste de categoría en Tinder».
El experimento se llevó a cabo en la Taberna El Éxtasis de la Babosa (Pamplona), donde intentó demostrar que:
- La gravedad desaparece tras el 6º chupito (éxito parcial: logró flotar, pero solo sobre un charco de Calimocho).
- La saliva es el verdadero «lubricante social» (su estudio «#cmaimsp: Cuando tu lengua pesa más que tus remordimientos» sigue siendo lectura obligatoria en la Universidad de la Callejuela Oscura).
- Fases de la lengua:
- Esponjosa: < 0.5 L. Peligro: puede declararse independiente.
- Corcho: > 1.2 L. Útil para tapar crisis existenciales.
- Aplicaciones prácticas:
- Si tu cita habla en #cmaimsp, vende su saliva a NASA (la usan para lubricar satélites).
- Test casero: Si al gritar «¡Txotx!» tu lengua suena a maraca, has alcanzado la fase tropical.
- ¿Un decálogo del bebedor surrealista? («Art. 5: Si ves a Dios en una copa, pídele el DNI»).
- ¿Un fake anuncio de «Curso de taxistas para entender a borrachos»?
- Confesiones de amor a farolas.
- Promesas de «nunca más» rotas en 24 horas.
- Esos hilos bucales que conectan tu boca con la chaqueta del de al lado.
Y para finalizar, un poco de historia.
Las sagradas escrituras de Vermutius Rex (1613)
En el año del Señor de 1613, entre vapores de alambique y susurros de demonios etílicos, el Gran Alquimista Vermutius Rex —fundador de los Estados Líquidos No Euclidianos y descubridor del cuarto estado de la materia: «visión caleidoscópica del porrón ajeno»— dejó escritas en su incunable «Evangelicus Etilicactus» las Leyes Sagradas para evitar que las almas débiles sucumbieran a los peligros del Elixir de la Vida… o lo que los vulgares llaman «la cuarta botella de aguardiente».
He aquí sus mandamientos, revelados bajo una luna que «tenía más curvas que una botella de hidromiel»:
- Ley del Cambio de Estado Lingüístico:
«No mezclarás el lenguaje de los hombres sobrios con el de los ebrios, pues la lengua, al volverse corcho, profanará hasta el latín de tu abuela.
—Ejemplo: «Gloria in excelsis Deo» devendrá «Gloria en el hígado te dio»». - Ley del Porrón Ajeno (o Principio de la Codicia Líquida):
«No codiciarás el vaso del prójimo, aunque su contenido brille con la luz de mil luciérnagas. Pues quien bebe de copa prestada, despertará con «pactos de sangre» escritos en camisones ajenos. - Ley de la Gravedad Selectiva:
«Tras el sexto brebaje, la gravedad cesará en tu cuerpo… pero solo para tus párpados. El resto caerá como un saco de patatas ante la Guardia Real del Papado». - Ley de la Salivación Cósmica (#cmaimsp):
«Cuanto más bebas, más saliva engendrarás, hasta que tu boca se convierta en un «Río de babas». Si alcanzas el estado corcho (8 kg de lengua), serás coronado Rey de las Almendras Saladas». - Ley del Testigo Molesto:
«Bendito sea el posadero que niega la última ronda, pues él es el ángel que te salva de recitar tu nombre impío a un filibustero».
Epílogo de los epílogos (manchado de algo que o es vino o es sangre):
«Y he aquí que el Diablo, disfrazado de limón en la caña, tentará a los mortales con su dulzura. Mas yo, Vermutius, os digo: ¡huid de él! Pues quien acepta fruta en su copa, acabará «hablando en verso libre con un estandarte floral»».
«Este texto es 100% real, salvo las partes inventadas. No me hago responsable de alucinaciones con Carlomagno, lenguas de 8 kg, o los intentos de separar el hielo del vodka».
Próximamente:
- «Las Confesiones del Esquimal: 30 tonalidades de hielo y una mentira».
- «Sempronio vs. Carlomagno: El partido de ping-pong que nunca existió (o sí)».
- «Diccionario de la Resaca Ilustrada: Del ‘corcho lingus’ al ‘síndrome del porrón ajeno'».
- Apócrifo Perdido de Vermutius»… o «Cómo sobrevivir a una cena familiar usando las Leyes del #CMAIMSP»
Y recordad, hijos míos: el primer milagro de Jesús fue convertir el agua en vino… no en cubitos de hielo.
Mamen… digo Amén